La Sociedad Dominicana de Salubristas (SODOMESA) fijó su posición acerca de los diversos problemas en torno a la salud en la República Dominicana y llamó a las nuevas autoridades a tomar acciones sobre todo en lo referente a la pandemia del Covid-19, fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica ante las contingencias que viene presentando el país, entre otras recomendaciones.
A continuación, los planteamientos de los salubristas.
“La Sociedad Dominicana de Salubristas quiere manifestar su preocupación ante la situación actual de la Salud Pública en la República Dominicana. Los salubristas no hemos sido tomados en cuenta en el discurrir del tiempo, sino más bien todo lo contrario estamos siendo sustituido por profesionales de la salud, que, aunque tiene la experiencia en su área clínica no están formado en el área de la salud pública como estamos los salubristas”.
“Los salubristas reiteramos nuestro apoyo a favor del bienestar de la clase desprotegida de nuestro país, para la cual está dirigida nuestras acciones, por lo que podemos hacer un significativo aporte en tema de salud como:
1) Un diagnóstico situacional del talento humano en salud; 2) Fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica ante las contingencias que viene presentando el país; 3) evaluación y medición de las intervenciones; 4) acciones contundentes para encarar la reducción de la morbimortalidad materno infantil; 5) perfil de salud en transición epidemiológica; 6) Atención Primaria de Salud; programas de familias, municipios, hospitales, escuelas, cárceles y mercados saludables”.
El presidente de la entidad, Rafael Ramos Rincón agregó que los salubristas que trabajan como personal técnico de la administración pública tienen una tarea bien definida: servir a la administración y, a través de ella, a la ciudadanía, independientemente del color del partido político que ostente el gobierno. Sin embargo, a veces esto no queda del todo claro.
Dijo que el trabajo técnico de un salubrista en la administración pública consiste en estudiar, investigar y asesorar sobre los problemas de salud que afectan a la población y que tienen que ser gestionados por los gobernantes. Por tanto, su principal tarea es generar la mejor información posible sobre la salud de la población y proponer alternativas para su control y mejora, a la luz del conocimiento científico disponible en cada momento. Esto es especialmente relevante en el caso de una crisis de salud pública donde la situación, los datos y el conocimiento cambian día a día.
Expresó que “para alcanzar estos objetivos es necesario trabajar en equipo, debatir, contrastar y valorar los datos y experiencias en distintos niveles. Hacerlo hasta llegar a consensos locales, nacionales e internacionales sobre cuál es la mejor forma de actuar”.
“Los salubristas, por tanto, no trabajamos de manera aislada, sino que por lo general lo hacemos como una red de profesionales que colaboran y evalúan de forma dinámica una situación cambiante y con frecuencia con muchas incertidumbres; a veces, son tantas que no se dispone de respuestas claras, unánimes y monolíticas. A menudo, las propuestas realizadas deben descartarse cuando el conocimiento mejora, lo que puede ocurrir en un corto periodo de tiempo (incluso días). También puede ocurrir, y de hecho así sucede con frecuencia, que las propuestas planteadas desde la óptica de la salud pública choquen con los intereses del comercio, la educación, el empleo, la industria, e incluso, con los de otros técnicos, especialistas o niveles asistenciales del sector salud”.
“Por todas estas razones, la toma de decisiones políticas debería hacerse escuchando y valorando las opiniones de los distintos actores/sectores, técnicos, científicos y representantes de la sociedad civil. Dado que la vida y las crisis tienen muchas facetas y aspectos que deben considerarse, son los políticos quienes deberían valorar, en cada momento y con el mejor conocimiento disponible, qué es más conveniente para el conjunto de la ciudadanía”.
Consideran necesario “trabajar en equipo, discutir y valorar los datos y experiencias y llegar a consensos locales, nacionales e internacionales sobre cómo actuar mejor” con dos objetivos en mente: mejorar el conociendo sobre la epidemiología del virus y preservar la salud de la población.
